¿Dónde queda la empatía en una L2?
Hasta finales del siglo XX, la enseñanza se centraba principalmente en el desarrollo de habilidades cognitivas, es decir, en la adquisición de conocimientos, dejando de lado aspectos sociales y emocionales. Sin embargo, en los últimos años ha surgido un nuevo paradigma educativo que busca no solo fomentar las habilidades intelectuales de los estudiantes, sino también atender a su bienestar emocional, reconociendo que las emociones juegan un papel clave en el aprendizaje.
Actualmente se habla mucho sobre la importancia de la inteligencia emocional en la educación, y dentro de ella, la empatía se destaca como una habilidad fundamental. A pesar de esto, la mayoría de las investigaciones se han concentrado en cómo los docentes pueden ser empáticos con sus estudiantes, dejando menos explorado el tema de la empatía entre los propios estudiantes. Este vacío es especialmente notable en la educación superior y, aún más, en las aulas de L2. En estas, la interacción entre los aprendientes es crucial para que el aprendizaje sea significativo y efectivo. ¿Podría la empatía facilitar ese proceso de aprendizaje?
La empatía es una emoción social compleja que nos permite entender y compartir lo que sienten los demás, y es clave para fomentar la convivencia respetuosa, valorar la diversidad cultural y promover conductas de ayuda, especialmente en entornos educativos.
¿Qué es la empatía?
La empatía se puede entender como una emoción social que cobra sentido cuando interactuamos con otras personas. Otras emociones sociales son la envidia, la compasión… Las emociones que sentimos en nuestras relaciones sociales adquieren significado en estos contextos y dependen de cómo nos conectamos con los demás para que podamos comprenderlas plenamente. Asimismo, la empatía es una emoción compleja, que puede incluir otras emociones más simples o primarias, como la tristeza o la ira, y suele motivar conductas de ayuda importantes. Se concibe también como una habilidad clave para entender y compartir lo qué sienten otras personas, poniéndonos en su lugar y adoptando su perspectiva.
La empatía tiene dos componentes: uno cognitivo, que implica entender cómo se siente la otra persona, y otro afectivo, que consiste en sentir una conexión emocional con su experiencia. Esta capacidad para «ponerse en los zapatos del otro» no solo implica saber lo que sienten, sino también compartir, en cierta medida, esa emoción.
Además, la empatía es fundamental para apreciar y valorar otras culturas. Nos ayuda a darnos cuenta de que nuestra forma de pensar o actuar no es la única ni la mejor, lo que fomenta una convivencia más respetuosa y armoniosa. Esta habilidad es especialmente importante en un mundo globalizado, donde interactuar con personas de diferentes orígenes y perspectivas es cada vez más común. La empatía nos permite abrirnos a estas diferencias, respetar la diversidad y adoptar nuevas formas de ver el mundo.
En el ámbito educativo, la empatía juega un papel crucial en las conductas de ayuda. Estas pueden surgir tanto del deseo de aliviar el malestar propio, como del placer de ayudar a otros. Este aspecto es especialmente importante en las aulas, y aún más en las aulas de L2, donde comprender las emociones y necesidades de los compañeros puede ayudar a crear un ambiente más cómodo, humano y efectivo para el aprendizaje.
La empatía es una emoción social compleja que nos permite entender y compartir lo que sienten los demás, y es clave para fomentar la convivencia respetuosa, valorar la diversidad cultural y promover conductas de ayuda, especialmente en entornos educativos.
La empatía en contextos universitarios
Aunque se han realizado pocos estudios sobre el papel de la empatía en educación universitaria, algunos trabajos destacan la importancia de enseñar a los estudiantes a comprender las emociones y experiencias de los demás. Se sugiere que actividades prácticas, como el trabajo cooperativo y los juegos de rol, pueden ser muy efectivas para desarrollar la empatía. Al trabajar en grupo, los estudiantes se sienten más conectados con sus compañeros, lo que facilita que se pongan en su lugar y lleguen a acuerdos en beneficio de todos. Además, los juegos de rol les permiten adoptar diferentes perspectivas, lo que les ayuda a comprender mejor las experiencias ajenas.
Otra estrategia importante es crear espacios para el diálogo intercultural, donde los estudiantes puedan debatir sobre temas de diversidad cultural y justicia social. Esto fomenta una mayor comprensión entre personas de diferentes orígenes y culturas. Para que estas dinámicas sean efectivas, es crucial que el aula sea un espacio relajado, donde los estudiantes se sientan escuchados y valorados. La escucha activa, es decir, mostrar interés genuino por las opiniones y emociones de los demás, fortalece la relación entre profesores y alumnos y mejora el ambiente de aprendizaje.
En las clases de L2, la empatía también es fundamental. Escuchar atentamente no solo refuerza la confianza del hablante, sino que también permite identificar sus intereses y emociones, creando un ambiente de respeto y entendimiento. Esta actitud empática reduce la tensión y enriquece el proceso de aprendizaje al integrar las diferentes perspectivas de los aprendientes.
Para que la empatía se desarrolle, primero debemos ser conscientes de nuestros propios sentimientos y conocerlos bien. Cuando los profesores logran esto, están mejor preparados para ser ejemplos de empatía en el aula y guiar a los estudiantes hacia una mayor comprensión intercultural. Aunque aún no está todavía demostrado hasta qué punto la empatía influye en el éxito en el aprendizaje de una L2, es intuitivo pensar que existe una clara conexión. Sería interesante explorar qué tipo de actividades en el aula pueden contribuir a fomentar la empatía y si algunos enfoques de enseñanza son más efectivos que otros para su desarrollo).
Fomentar la empatía a través de actividades como el trabajo cooperativo, juegos de rol y el diálogo intercultural puede mejorar la comprensión entre estudiantes y enriquecer el proceso de aprendizaje, especialmente en las aulas de L2 en contextos universitarios.
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