Comunicación, emoción e identidad en la adquisición y aprendizaje del español como segunda lengua

FFI2017-83166-C2-1-R. UNIVERSIDAD DE ALCALÁ

En su informe del 22 mayo de 2018, la Comisión Europea hacía público un informe en el que daba cuenta de la “Recomendación del Consejo relativa a un enfoque global de la enseñanza y el aprendizaje de idiomas”. Además de instar a los Estados miembros a aumentar la inversión en formación en idiomas, aconsejaba la investigación de nuevas formas de aprendizaje y enfoques de apoyo y de su aplicación a la mejora de los procesos de enseñanza.
Este proyecto quiere aprovechar los hallazgos, aportaciones y logros recientes de las ciencias del cerebro para comprender mejor los procesos de adquisición de segundas lenguas y, especialmente, para poder generar marcos teóricos que orienten la enseñanza, que ayuden a los profesores y que mejoren los resultados.
Se articula sobre dos ejes fundamentales: la expresión de la emoción y la construcción identitaria.

LENGUA, EMOCIÓN E IDENTIDAD

Lengua e identidad

La adquisición de una lengua conlleva la construcción mental de una representación del mundo compartida socialmente, así como la construcción de la propia identidad. Todo ello es resultado del entorno sociocultural, pero también de factores emocionales conscientes y no conscientes. El hablante crea una relación afectiva con la lengua porque es reflejo de sí mismo, porque a través de la lengua muestra quién es, a qué grupo pertenece, cómo entiende la realidad, qué siente, cómo se comporta; en definitiva, con la lengua el individuo construye y trasmite su identidad sociocultural, existencial y emocional. Si aprendemos una segunda lengua que no nos permite construir, experimentar y exhibir nuestra identidad, no conseguiremos sentirla.

Hoy sabemos que las lenguas son productos altamente emocionales.

Lengua y emoción

Casi todas las palabras de nuestra lengua materna son portadoras de carga emocional. No hay significado lingüístico que no esté tamizado por lo emocional, de ahí su poder de evocación. Durante el proceso de adquisición de la lengua materna, las palabras se van incorporando dotadas de sentido experiencial y emocional, que son los responsables de su anclaje en las redes léxicas y en la memoria. Sin embargo, parece que esto no sucede en la L2, pues el simple trasvase de una palabra de una lengua a la segunda no imprime en el nuevo término todos sus valores representacionales. Esto nos hace pensar en la necesidad de enfoques de enseñanza que relacionen las actividades del aula con el yo que siente y piensa, para que esas palabras cobren un significado en el marco de la propia identidad. Se trataría, en definitiva, de posibilitar las asociaciones de las palabras y el contexto lingüístico con los estímulos de nuestro entorno y nuestro desarrollo emocional. Experiencia e identidad son partes constitutivas del desarrollo de la competencia lingüística en otra lengua.

La enseñanza de lenguas debe utilizar estrategias que persigan la implicación emocional del alumno con lo que comunica.

Lengua y evaluación

El aprendizaje de una L2 es una actividad cognitiva y emocional sometida a una constante valoración de estímulos, lo que, a su vez, es resultado de procesos mentales conscientes e inconscientes que se asientan sobre bases emocionales y que afectan a la toma de decisiones y al grado de afrontamiento. La percepción y evaluación positivas de la lengua y su uso como elemento de comunicación identitaria y afectiva influyen en la actitud del aprendiente, contribuyen a un aprendizaje más eficaz y duradero y predisponen al individuo a continuar aprendiendo. Para que ello suceda, es necesario exponer al alumno a una lengua con la que se vean representados como individuos únicos que forman parte de un entorno y con la que mantengan conexiones emocionales, así como a procesos de aprendizaje ricos sensorialmente que lo impliquen a nivel cognitivo, afectivo y experiencial. Se trata, en definitiva, de atender a algunos factores relacionados con el cerebro que aprende.

Lengua, cerebro y aprendizaje

Este proyecto quiere aprovechar los hallazgos, aportaciones y logros recientes de las ciencias del cerebro para comprender mejor los procesos de adquisición de segundas lenguas y, especialmente, para poder generar marcos teóricos que orienten la enseñanza, que ayuden a los profesores y que mejoren los resultados.

Conocer el funcionamiento del cerebro que aprende facilitará el camino para el desarrollo de propuestas y estrategias metodológicas eficaces.

Numerosos estudios neurocientíficos nos llevan a entender la importancia para el aprendizaje de las lenguas de aspectos como la estrecha relación entre el cerebro, el cuerpo y el entorno; la percepción y la experiencia sensorial en tanto que condicionantes de la representación de la realidad en el cerebro;la importancia de la mente inconsciente en el procesamiento y la toma de decisiones; los nuevos paradigmas sobre la memoria y su distribución; la emoción como motor fundamental del organismo y como responsable del aprendizaje, la memoria, la construcción identitaria, la vida en sociedad, etc.; la comprensión del lenguaje, la asignación de significados y su distribución en el cerebro; la corporeidad de la lengua; el papel de las neuronas espejo en la acción lingüística, esto es, en la construcción social discursiva.

NECESIDAD DEL PROYECTO

En las últimas décadas, la metodología de la enseñanza de segundas lenguas ha ido ofreciendo nuevos enfoques y perspectivas que han venido acompañados de modelos de instrucción innovadores, multidimensionales y de gran complejidad conceptual (aprendizaje competencial, estrategias metacognitivas, clase invertida, evaluación formativa, etc., etc.). Sin embargo, esto no ha traído consigo un cambio claro y visible en el éxito en el aprendizaje de lenguas, lo que nos hace pensar que es conveniente atender a otros factores y, especialmente, comprender cómo aprende el cerebro y cómo es el funcionamiento de la lengua en ese cerebro que aprende.

Asimismo, se ha investigado mucho sobre la motivación y su importancia en el aprendizaje de una segunda lengua, algo que es incuestionable, pero no se ha atendido en la misma medida a algo todavía más incuestionable: el valor identitario que tienen las lenguas. Pensamos que la construcción de la identidad en la L2 tiene un impacto mucho mayor que la motivación; es decir, que es más importante reconocerte en esa lengua, hallarte en ella, que las razones más o menos funcionales que incentivan nuestra motivación.

El objetivo fundamental es llevar a cabo una investigación profunda sobre el aprendizaje del español como L2 que atienda a factores neurobiológicos, cognitivos, culturales y lingüísticos, con la finalidad de incorporar conocimientos relevantes de estas áreas a propuestas de enseñanza y evaluar su impacto sobre la construcción identitaria, las habilidades expresivas y el grado de afrontamiento.

Nuestro punto de partida es la creencia de que si el aprendiz establece vínculos emocionales con la L2 y la utiliza como un producto de su identidad, afín a sus creencias, experiencias y emociones, su eficacia expresiva será mayor, así como su grado de afrontamiento (su compromiso con el aprendizaje y con el uso de la lengua). Para conseguirlo, es necesario operar tanto sobre la dimensión emocional como sobre el repertorio lingüístico objeto de aprendizaje.

Nos interesa 1) comprobar la relevancia para el aprendizaje de segundas lenguas de algunos hallazgos sobre el funcionamiento del cerebro, especialmente los relacionados con la dimensión emocional; 2) conocer cómo tiene lugar y qué aspectos influyen en la construcción de una identidad sociolingüística genuina en español/L2; 3) establecer principios y pautas que favorezcan un aprendizaje de lenguas eficaz, satisfactorio y duradero.

Objetivos

RESULTADOS ESPERADOS

Pretendemos elaborar un marco teórico para el aprendizaje del español como segunda lengua -transferible a otras lenguas- que aporte, por un lado, un enfoque metodológico, validado por estudios experimentales y sustentado en hallazgos de las neurociencias, y por otro, instrumentos de análisis, repertorios de contenidos lingüísticos y modelos de actuación que doten la lengua, desde los primeros niveles de aprendizaje, de significados identitarios y afectivos y de modos discursivos singulares.

Impacto científico

La realización de este proyecto comportará beneficios para el progreso de la investigación sobre el papel del componente emocional en el aprendizaje de lenguas y en la construcción de la identidad, aspecto, de momento, poco abordado, si bien está suscitando un enorme interés.

Permitirá enlazar los estudios lingüísticos con los de las neurociencias y aunar, así, perspectivas multidisciplinares. Abrirá una línea de trabajo novedosa, innovadora, muy respaldada científicamente, que contribuirá en la búsqueda de respuestas al complejo fenómeno del aprendizaje y uso de las lenguas.

Ofrecerá un escenario fructífero para la creación de un grupo de investigación intercomunitario en torno a lengua, emoción e identidad, que aspira a crecer y consolidarse dentro de nuestro país, así como a establecer lazos de cooperación con otros grupos extranjeros.

Impacto social y educativo

Este proyecto intenta encontrar una solución a un problema educativo que afecta a la sociedad -el abandono y desinterés por las segundas lenguas-, ya que el aprendizaje de lenguas es, más allá de un requerimiento académico o institucional, una necesidad en la sociedad actual.
Ello será posible si se consigue la mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje, así como de los programas lingüísticos, lo que devendrá en la mejora de las habilidades expresivas -y comunicativas en general- de los aprendices de español/L2 y, por extensión, en otras segundas lenguas.

Mejora de los procesos de integración

El proyecto aspira a generar una mayor toma conciencia sobre el proceso de construcción identitaria en el que se hallan las poblaciones inmigrantes, tanto por parte de los propios afectados como por instituciones y administraciones. Con respecto a los primeros, esperamos que se logre un mayor nivel de autoconciencia sobre la expresión de la propia identidad, emocional y social como aliciente a la integración (y no como forma de aislamiento); en cuanto a las instituciones, los resultados obtenidos podrían utilizarse para una serie de acciones como: realizar protocolos de intervención más respetuosos considerando la inteligencia emocional y la diversidad cultural de la población meta (inmigrantes) y que se puedan aplicar a diferentes campos institucionales (social, político, educativo, cultural y religioso).