Cuestiones y consideraciones éticas en torno a la investigación de emociones en el aprendizaje y comunicación de una segunda lengua
El estudio de algunos conceptos como son las emociones y la identidad lingüística desde la Lingüística aplicada plantea algunas reflexiones sobre su significado profundo. Por ello, independientemente de la disciplina desde la que abordamos su investigación, merece la pena reflexionar sobre las implicaciones tanto en la teoría como en la práctica. En otras palabras, conviene progresar con “vigilancia epistemológica” para plantearnos viejas preguntas con una nueva mirada.
Cohen (2012) señala en el Prefacio a su segunda edición que lo gracioso –o no tanto– de la ética es que la gente se interesa por ella más cuando las cosas empiezan a ir mal que cuando van bien. En estas líneas, no vamos a hablar sobre el estado actual de “las cosas”, pero sí sobre el objeto de estudio, interconectado, que ocupa a nuestro equipo de investigación sobre comunicación, emociones e identidad en español como segunda lengua.
Resultaría más fácil plantear las dificultades a las que nos enfrentaremos como equipo investigador al final del proyecto (en 2021) o, incluso, en algún apartado breve de las contribuciones, en forma de publicación o comunicación, para que quede constancia de que han estado presentes. Sin embargo, no llegaría a captar la atención que merece y, aún menos, a hacernos reflexionar sobre la relevancia que puede tener en nuestras investigaciones. En un sentido amplio, referirnos a ética significa hablar de toma de decisiones y las decisiones importantes plantean dilemas. En este sentido, acercarse al terreno de las emociones desde la esencia del ser humano, su lenguaje, puede resultar abrumador. He ahí, sin embargo, la razón que, como equipo multidisciplinar e interdisciplinar, con un espíritu de entablar un diálogo transdisciplinar a largo plazo, nos ha movido a preguntarnos sobre la relevancia de la emoción en el proceso de aprendizaje de español y en su valor lingüístico mismo desde un punto de vista semántico (valencias emocionales). Esta búsqueda no está exenta de encrucijadas epistemológicas, metodológicas y éticas. A estas últimas dedicamos este breve artículo.
Si mencionábamos que la ética se ocupa de la toma de decisiones, parece necesario preguntarse si esta tiene que ver con hacer o no, o con deber hacer o no. Así pues, independientemente de las dificultades que surgen, ¿cuándo deberíamos empezar a reflexionar sobre ella en nuestro proyecto? ¿Conviene empezar a hacer sin tener en cuenta la adecuación de tales acciones con otros aspectos del estudio? En general, estas y otras preguntas se formulan en el proceso investigador sin visibilizar las reflexiones que han conducido a adoptar una postura u otra. En nuestra opinión, plantearlas, considerarlas y explicitarlas puede otorgar la coherencia necesaria para que una investigación pueda contribuir al avance de nuestro ámbito disciplinar como parte de la ciencia en su conjunto. Una investigadora de metodología de la Universidad Federal de Viçosa (Brasil) emplea una expresión que puede resumir bien lo que describimos: “vigilancia epistemológica”. ¿Somos vigilantes epistemológicamente? ¿Nos hacemos las preguntas suficientes y necesarias en relación con el objeto de estudio que estamos investigamos, las decisiones que adoptamos o el camino que estamos recorriendo?
¿Contemplamos la vulnerabilidad de quienes participan en nuestros estudios y también de quienes realizamos la investigación, como participantes también de esta?
Hace más de una década, Ortega (2005a/b) planteó en el ámbito de la Lingüística aplicada un debate que ya había sido inaugurado desde otras áreas del conocimiento científico: ¿para quién y para qué realizamos la investigación que producimos? Planteaba preguntas que bien podían ser familiares en otros círculos científicos, pero que no habían sido apenas debatidas en nuestro campo, al menos abiertamente. La “mirada” ética sobre la que reflexiona Ortega y su alcance sigue siendo aún hoy motivo de debate en nuestro ámbito disciplinar, el de la Lingüística aplicada, pero por fortuna, parece haberse avivado a la luz de las nuevas epistemologías emergentes como resultado de los intereses interdisciplinares de investigación. Por ejemplo, el estudio de la emoción y de la identidad desde la Lingüística aplicada exige una mirada más amplia de las fronteras de las ciencias, promovida por la naturaleza del lenguaje y de las lenguas. El acercamiento a la comunicación en el proceso de aprendizaje de una lengua en una sociedad multicultural y lingüísticamente globalizada despierta interrogantes no solo sobre el valor de nuestras vidas como investigadores (Banks, 1998) sino también sobre las contribuciones del profesorado de idiomas (Kubanyiova& Crookes, 2016). A partir de estas manifestaciones, no pretendemos dormir esos interrogantes a través de respuestas; más bien, perseguimos generar más preguntas que nos permitan iluminar lo que aún desconocemos en torno a estos temas.
Referencias
Banks, J. A. (1998). The lives and values of researchers: Implications for Educating Citizens in a multicultural society. Educational Researcher, 27 (7), 4-17.
Cohen, M. (2012). 101 dilemas éticos. Madrid: Alianza Editorial. 2ª ed.
Kubanyiova, M. y Crookes, G. (2016). Re-envisioning the roles, tasks, and contributions of language teachers in the multilingual era of language education research and practice. The Modern Language Journal, 100, 117-132.
Ortega, L. (2005a). For what and for whom is our research? the ethical as transformative lens in instructed SLA. The Modern Language Journal, 89, 427-443.
Ortega, L. (2005b). Methodology, epistemology, and ethics in instructed SLA research: an introduction. The Modern Language Journal, 89, 317-327.